Pudiera parecer que a estas alturas del siglo xxi todas las empresas están digitalizadas, conocen todas las posibles y opciones que tienen para posicionarse en la red y están bien asesoradas a la hora de tomar decisiones que les ayude a mejorar la cultura digital de su empresa.
Nada más lejos de la realidad, si algo he aprendido en estos últimos años, reuniéndome con innumerables gerentes de pymes y asociaciones de todos los sectores, es que las dudas y desconocimiento sobre el mercado digital, el posicionamiento seo, el e Commerce y las redes sociales es patente desde el primer minuto de conversación.
Todo esto tampoco debería ser tan malo, podríamos decir, zapatero a tus zapatos, seguro que nosotros los consultores de internet, sabemos poco o nada de su sector, para eso estamos y por eso hay un mercado, para que cada uno contrate aquello que desconoce o a lo que no quiere dedicar tiempo.
El caso es que no todo es tan sencillo, porque ahí están los carroñeros del diseño web, lo veo cada día, empresas grandes que se dedican a buscar clientes a costa del engaño, me explico.
Hablo de Páginas amarillas, QDQ y demás basura del diseño web, en primer lugar, ponen el dominio de tu empresa a su nombre, es tu empresa pero ellos son los propietarios de tu marca, te prometen que vas a tener muchos clientes y que van a asesorarte en todo lo que tiene que ver con Internet.
El caso es que pasan los meses, tu sigues pagando una cuota muy alta, tienes una web de mierda, exactamente igual que otras cinco mil y ni un solo cliente.
Cuando ves el engaño y quieres rectificar no puedes, has firmado un contrato que te pasan por la cara, te amenazan y cuando por fin consigues librarte te vas sin web y sin dominio, dodo esto por supuesto dentro de la legalidad.
Así que cuando vas a un cliente que ha estado con estas empresas, está de uñas, como un animal maltratado, no se fía ni de su padre y el esfuerzo que hay que realizar para que vuelva a confiar es importante.